domingo, 11 de febrero de 2024

La 4 x 4

 
    Si usted querido amigo, amiga, estimado o estimada, es de los que ya hace tiempo tiene una 4 x 4, casi le diría que no tiene necesidad de seguir leyendo, porque, seguro, sabe perfectamente de lo que estoy hablando. Pero si usted, querido amigo, amiga, estimado o estimada, es de los que, gracias
a los nuevos tiempos que corren, ha tenido la fortuna, la suerte, la ventura, la dicha, el culo digamos, de ser el actual propietario de una 4 x 4, vale la pena que invierta (yo se que le gusta, que ama, que adora esta palabra) unos minutos en estas reflexiones y/o sugerencias.
    ¡Porque no me diga que no le cambió la vida!
    Usted, querido amigo, amiga, estimado, estimada, que hasta hace no muy poco no sabía que iba a ser de su vida (ni que hablar de cambiar de automóvil si es que lo tenía) porque estaba desocupado o con el negocio casi en la quiebra (o ya quebrado), o bien subsistía con un subsidio o de un Plan Trabajar. O
que tuvo que llevar a su familia a vivir a lo de su mamá. Santa vieja.
    Si, usted: ¡que estaba en la lona! O vos, joven argentino, que tenías que manejarte a dedo o con el colectivo porque en la casa no entraba un mango, y lo único que te alentaba a vivir era imaginarte que te ibas a poder ir de este país de cuarta porque aquí estábamos en el horno. O usted, señora (¿se
acuerda?), que fue prácticamente el sostén del hogar y apenas le alcanzaba para llegar a fin de mes y ahora puede comprarse las pilchas que le gustan como quien compra cebollas. Si, usted, que ahora disfruta de lo que bien merecido tiene, no se va andar ahora con chiquitas. Sino ¿para que sufrió tanto?, ¡que joder!
    Usted, ahora, con su flamante 4 x 4 (o flamantes, porque en una de esas ya metió algunas camionetas más, via “lissing”, para prestar algún “servicio” a alguna contratista o directamente a una operadora); usted, querido amigo, amiga, estimado, estimada, tiene derecho a hacer lo que quiera. Y cuando digo hacer lo que quiera, lo digo en todo el sentido de la frase. ¿Si?
    En realidad, aunque voy a hablar de las conductas en el tránsito vehicular, todo el mundo, hoy por hoy, hace lo que quiere. Una verdadera conquista posmoderna.
    Es como si los demás fueran invisibles: coches, motos, bicicletas, triciclos, perros, gatos, liebres, ñandúes, guanacos, pingüinos, llamas, alpacas, postes, semáforos, seres humanos o lo que fuere.
    Pero si usted, querido amigo, amiga, estimado, estimada, tiene una 4 x 4 puede hacer lo que quiere mucho más que los demás. Más aún, depende del modelo, del valor de su 4 x 4. Porque cuando más alto su valor, más moderno su diseño y más ostentoso su aspecto, mucho más puede hacer lo que se le canta.
     Y no es por hacer una comparación odiosa o para pasar un chivo, pero no es lo mismo un Eco XL Plus que la nueva Hilux con carrocería GOA y SRV automático. O sea.
    Supongo que va entendiendo.
    Pero, vamos las posibilidades que se le ofrecen.
    Velocidad. Usted maneje a la velocidad que quiera. Sea por la ruta o en pleno centro. Lo importante es que llegue a donde quiera ir en el tiempo que más le plazca. Si usted quiere ir despacio, porque le sobra tiempo por ejemplo, no importa que tapone el tránsito, que trabe la onda verde, que genere algún embotellamiento o hasta algún accidente. Usted quiere ir despacio, y va despacio. Los demás que se jodan. Para eso tiene una 4 x 4.
    Si por el contrario quiere ir ligero, porque se le hizo tarde, porque tiene una urgencia o porque se le da la gana, vaya ligero. Sea “off road”, a campo traviesa o en una playa solitaria, o bien se tope en el medio de la ciudad con una manifestación de inválidos. Haya mucho o poco tránsito. Estén los
semáforos en verde o rojo. Usted está apurado y viene en una 4 x 4. Los demás que se hagan a un lado o que se la banquen si les da el cuero. Manga de cagones.
    Y ya que mencioné los semáforos. Para usted querido amigo, amiga, estimado, estimada, si, ¡para usted!: no existen. Los semáforos funcionan únicamente para los que no tienen 4 x 4. O sea únicamente para la gilada, los pobres, los que todavía no zafaron, los marginales, los ciudadanos comunes. Los
boludos, bah. En cambio, para usted no solo que no existen los semáforos, sino que no hay
norma o regla que tenga la obligación de respetar. Incluidos a los inspectores de tránsito,
que (para las 4 x 4) están de florero.
    Supóngase que usted quiera parar a comprar en un negocio que queda justo en una esquina y no hay estacionamiento. Usted, querido amigo, amiga, estimado, estimada, no dude en estacionar en la ochava. O en doble fila. No vacile en abrir la puerta sin observar quien viene, que los que tienen que estar
atentos son los demás. ¿O van a decir que no vieron su increíble 4 x 4? Vamos. 
O usted quiere estacionar y necesita retroceder. Usted retroceda. No se fije si algún distraído o distraída, de los que nunca faltan, no se percata de la maniobra. Lo importante es lo que quiere y lo que hace usted, no los demás. Y si pisa a alguno, que se embrome. Demasiado avisado estuvo con la alarma y las luces. O que pretenden? ¿Que tire una bengala? Manga de perdedores, envidiosos resentidos de mierda.
    Ni que hablar si lleva a su señora y tiene que bajar a hacer algo, aunque demore. O alguno de sus hijos, cuando lo espera a la salida del colegio, a la salida del cine, de un pelotero, de algún ciber o de una disco. Usted lo espera. Como y donde sea. Los que vienen atrás que esperen también. Es más, si no alcanza a estacionar del todo y puede meter el vehículo apenas de culata asomando de punta a la calle, o tiene la posibilidad de subirlo a la vereda, hágalo. Sino para que tiene una 4 x 4, ¿no?
 
    ¿Vio que me va entendiendo?
    ¡Ni hablemos en el caso de que, además, su 4 x 4 tenga vidrios polarizados!
    ¡Ahí, usted tiene más impunidad que “Georgie” Bush!
    Haga lo que se le cante el forro.
    No ponga guiños, no use la bocina, no respete colas para cargar combustible, mándese adelante en los semáforos, pase a los demás vehículos en la ruta por la derecha, frene de golpe, estacione donde quiera, cáguese en los carteles indicadores, vaya con la música al mango, deje asomando el soporte del malacate o el gancho del carro de la “cuatri”, aunque haga pelota sobre todo a los coches chicos.                  También puede aparearse a otra 4 x 4 y conversar de cualquier boludez, a la mayor lentitud posible y si es en una hora pico, mejor. Y si le tocan bocina, lentifique aún más la velocidad que tiene más gusto.
    En fin, el pobre de Bush está atado de manos en Irak al lado de todo lo que usted puede hacer, apreciado propietario.
    ¡Porque usted querido amigo, amiga, estimado, estimada, tiene nada menos que una 4 x 4!
    Porque usted querido amigo, amiga, estimado, estimada, es, qué duda cabe, el/la que la tiene más larga.
 
        Miguel Angel “shortie” de Boer
 
        Comodoro Rivadavia, enero, 2007

1 comentario:

  1. ¡Disfruté mucho de tu publicación! Tus ideas son esclarecedoras. ¡Escribe más!

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