“I didn´t want to hurt you”
Jhon Lennon (Jealous guy)
No recuerdo si alguna vez les conté que soy
un poco celoso, bueno, algo más que un poco, para que mentir. En realidad lo
debo haber sido desde antes de nacer pero me fui dando cuenta de a poco, a
medida que iba creciendo, como algo natural, absolutamente natural. Lo mismo que el hecho de ser envidioso, muy
envidioso o vengativo, muy vengativo. Comparto en esto algo que me dijo un
querido amigo de mi adolescencia, muy amigo. Soy tan vengativo, me dijo, que
estoy rogando que alguien me joda para poder vengarme. Es algo que me da un
placer único, más que coger, agregó. Yo, la verdad, tan vengativo no soy, pero
con los celos no sé.
Como les decía, durante gran parte de mi
vida no les di mayor importancia. Los
consideré como proporcionados a mi capacidad de amar. Es decir que si no me
sentía tan celoso, era porque tanto no
amaba y viceversa. En fin, explicaciones que uno se da como para vivir más
tranquilo. Cuestión que, ya desde chico, más de una vez me agarré a las piñas,
sufrí de diarreas y reacciones alérgicas o bien padecí noches de tremendo
insomnio debido a mis celos, pero hasta ahí, como dije, para mí todo normal.
La cosa empezó a
generarme cierta sospecha patológica siendo ya más grandecito, bastante
grandecito, sí.
Fue, como no podía
ser de otro modo, a partir del cine, de la música, del arte.
Por ejemplo de chico a veces me producía cierta inquietud
que cada tanto, por dar un ejemplo, Marilyn Monroe tuviera una nueva pareja.
Aunque reconozco que lo de Kennedy me puso un poco más que inquieto., pero de
todos modos lograba entender que era su vida,
y seguía viendo sus films y sus fotos (sobre todo sus fotos; no había videos, ni dvd, ni youtube en ésa
época) sin mayores reparos. Recuerdo
algo parecido cuando Sophia Loren se
casó con Carlo Ponti, o para dar un
ejemplo más autóctono: cuando Bárbara Mujica se casó con Rovito. Yo no sé si
porque era más ingenuo o porque sentía que tenía mucho futuro por delante, lo cierto es que no era algo que
alterara notablemente mi existencia. De algún modo lograba aceptarlo como algo
legítimo, como la pareja de Natalie Wood y Robert Wagner o Tony Curtis con Janet
Leigh, Hepburn y Tracy, Grace y
Rainiero, Montand con Signoret. La Coca Sarli con Armando Bo, o Brigitte Bardot con Vadim antes de que se
emputeciera, permítaseme el término, luego de actuar en “Y Dios creó a la mujer…” Porque de ahí en
más no me quiero ni acordar. (Aunque no me olvido que lo de Gunter Sachs,
el “play boy” alemán, me puso muy, muy tenso, ya avanzada mi adolescencia). Con el correr
del tiempo la cosa se fue agravando. Ya
que lo mencioné a Kennedy, aún tengo
patente como la imagen de Jackeline se me fue metamorfoseando cuando lo de
Onassis. De lo linda que la veía cuando estaba con John y con los hijos, se fue transformando en un
bactracio repugnante cuando la veía en el yate junto al choto de Onassis. Algo
similar a lo que sentí con la loca de Mia cuando se calentó con el mafioso de
Sinatra. También me incluyo entre los que sentí que Yoko era una nipona amarilla aprovechadora y oportunista,
que lo atrapó al idiota de John,
habiendo sido uno de los factores más importantes de discordia y de
destrucción de los Beatles, y no sé si aún lo sigo pensando.
Yendo a ejemplos
más cercanos, recuerdo como si fuera hoy el tremendo sobresalto que tuve con
Melanie. Si, la Griffith. Y digo la porque no me sale de otro modo.
No había película en la que ella actuara que yo no dejara de ver. Bueno, no
todas. Porque en realidad me encantaba más ella, que su actuación y el modo en
que componía los personajes. Me atraían su cuerpo, sus labios, sus piernas, su voz. En fin: la veía
espléndida, dulce, tierna, pero no me van a creer si les digo que empecé no
solo a sentir un desasosiego, un malestar melancólico, sino un verdadero
rechazo, cuando se enganchó con Banderas. Lo llamo así a propósito, por el
apellido: Banderas. Porque también por él comencé a sentir una repulsión casi incontrolable desde entonces.
Es más, la náusea se fue extendiendo a todo lo que tuviera que ver con ellos.
Desde ver las películas de Almodóvar, en una suerte de delirio casi
sistematizado, al atribuirle que por haberlo descubierto al gallego (por que
también le digo así : “el gallego”, con
minúsculas), con el tiempo posibilitó el romance. Hasta dejé de ver Los Pájaros con el placer y el entusiasmo con
que siempre lo había hecho y esto porque el verla a la Tippi (quien también me
encantaba), la recuerdo a la puta de la Melanie. Disculpen el término pero
empiezo a darme manija y no puedo parar. Sigo. Desde entonces la veo (a Melanie)
cada vez más gorda, depresiva, avejentada, ojerosa. Me parece que actúa para el culo y que lo
único que le interesa es estar con él. Con
él me pasa lo mismo. Jamás pude, ni creo que vaya a poder ver completo, por ejemplo, ese bodrio que
es El Zorro. Las pocas veces que vi
algunas escenas, me parecieron ridículas, payasescas. El modo de moverse, de
saltar., de usar el látigo. Todo. Un boludo me parece. Seguro aceptó hacerla por necesidad de guita. De
Melanie que no debe haber guita que le alcance, mas con las internaciones de
desintoxicación que necesita cada tanto.
Ni hablemos de cuando el gallego se hace
el mariachi. Cantando de perfil con la
guitarrita o con la Salma saltando por los techos. Un pelotudo. Hasta el nombre de la película me da asco:
Desperado.
Bueno mejor bajo
un cambio con esto porque me parece que me está subiendo un poco la presión. Porque no es solamente con el
cine que me pasa, de lo cual les podría dar decenas de ejemplos.
Vayamos también
por ejemplo a la música.
Es de no creer lo
que pueden los celos. Mis celos. No sé si por la edad, por alguna pérdida de
sinapsis neuronal o que otro factor,
porque a mí mismo no deja de asombrarme.
Tomemos el ejemplo
de Shakira. Juro que no tengo ningún cd, ni mp3, ni nada que se parezca de
ella, porque nunca me sentí
particularmente atraído por su canto. En todo caso algunos temas, la danza o
sea como mueve el culo y eso, pero nada
que me fascine demasiado. Ahora, cuando
la colombiana esta se metió con el pelotudo de Antonito, para que les voy a
contar. Empecé a sentir una atracción-repulsión por todo lo que tenía que ver
con esta yegüita trepadora y un odio y
desprecio desconocido para con el puto hijo del forro de De la Rúa, que encima
le manejaba la guita y los contratos.
Menos mal que no me gustaba porque si no vaya a saber qué me hubiera
pasado y reconozco que sentí una alegría
irracional cuando se separaron y nuevamente un igualmente irracional malestar
cuando se hizo botinera cuando se lo atracó a Gerard – otro gallego – Piqué. Ni
hablar de cuando quedó embarazada. Lo
mismo con lo de la Bruni y el imbécil de Sarkozy. Miren que no es que sea una de mis cantantes preferidas ni
muchos menos, pero cuando me enteré que se habían enganchado y peor aún,
casado, para que contarles. Ni que decir cuando tuvieron un hijo.
Distinto es el
caso de Sinead O´Connor. De ella sí tuve todos sus cds, que escuchaba con
admiración o me emocionaba al verla en sus recitales o clips, pero cuando me
enteré que se desesperó por voltearlo a Gabriel (no me sale decirle Peter), no
pude evitar que se impusiera un rechazo obsesivo. Desde entonces para mí ya no
es más Sinead, sino La Pelada. Así, a secas. Aunque no hace tanto vi unas fotos
donde está irreconocible y más que rechazo sentí algo de pena y ternura.
Vuelvo a las
actrices que es con lo que más me descompenso.
Algo que me pegó
mal fue cuando la reventada de la Sharon
(a quien les juro que admiraba e idolatraba con toda mi vida) estando
medio mamada se le tiró en público al
forro de Richard - alias “Ojitos siempre
actúo igual” - Gere. Otro idiota, que no
sé que le vemos, porque yo me incluyo porque
con él me pasa lo mismo que con Michael Douglas: no me puedo perder una
película en donde actúen. Después los
reputeo y me reputeo. El asunto es que –sigo
con lo de la loca de Sharon - cada vez que vuelvo a ver Casino (que tampoco la
puedo disfrutar como antes), tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no
recordar los episodios de esta calentona. Lo de episodios, así en plural, no es
un error o ¿cómo creen que me cayó el
avance descontrolado que tuvo sobre Mica (para colmo argentino), un millón de
años más joven que ella? Suerte que una vez alcancé a ver una foto de esta
turra desmaquillada, que me calmó bastante.
Parecido a lo que me pasó con la putita de la Portman, que pasó de ser
la tierna Mathilda de El Perfecto Asesino a una desaforada insoportable cuando se obsesionó con el
pelotas de Gael, al que no dejaba ni a
sol ni a sombra .Gaelito. Al que también me lo monté en un huevo y que también, ¡cuando no!, tuvo que filmar con
Almodóvar. Bueno, hablando de los que filmaron con el gordo, de Cecilia “yo no
tengo prejuicios” Roth, preferiría no hablar. Cuando se enganchó con Fito me la
banqué como un duque. Aunque disfruté bastante con el bardo que se armó con
Sabina y demás, pero después con lo del pendejo de mierda que dice que se había
enamorado, por favor. Yo la adoraba a esta degenerada. La adoraba. Ahora que me
doy cuenta, pareciera que es toda una trama vinculada con el puto de Almodóvar,
¿no? Porque también lo asocio al tema de la Penélope con el enano Cruise. El cienciólogo. Ja. (Otro del que no
me pierdo una película, como un pelotudo). Después vino lo de ella con Bardem,
gracias a Woody, pero lo tomé con una calma sorprendente. Esto porque tanto
Bardem como Woody para mí son unos capos. Ahora que lo nombré a Cruise me acuerdo de la turra de la Nicole, y cuando
digo Nicole también la asocio con la Neuman y
con todas las botineras reventadas como la Wanda y tantas otras yeguas de ese palo.
En fin. Me
dispersé un poco.
Estaba hablando de
la Cecilia y Fito y me acordé cuando él se enamoró
, je, de la drogadicta de la Celeste, y de inmediato la empecé a ver más
hinchada, deformada, y a él a escuchar que cantaba cada vez peor. Nada menos. Algo
parecido me paso con la Oreiro cuando se enganchó con Mollo, que no se puede
creer el nombre que le pusieron al hijo, lo cual atempera mi malestar.
En realidad son
minas que no me van ni me vienen, pero cuya actitud me afecta
involuntariamente. Por ejemplo ahora me
acordé de la reputa de la Julieta - 'bueno chicas ya les conté varias anécdotas
de películas... ¿quién se saca primero la ropita?' - Ortega, que siempre me
encantó hasta que tuvo que contar la
“anécdota” con Nicholson .
Por suerte
también, seguramente gracias a una
exitosa disociación o tal vez a una incipiente madurez, tengo en mi haber a
quienes – como Scarlett, Keira, Naomi, Marion, Kate, Cate, Mónica, Marisa,
Charlize, Anne, Jennifer, Julian, Rachel, Julia, Michelle, Malin, Julieta,
Paola, Viviana; como antes Jessica,
Vanessa, Faye, Julie, Gina, Jeanne, Claudia, Rommy,Catherine, Shirley, por solo nombrar algunas – logro mantener protegidas de mis celos. Entre
otras cosas, porque hago lo imposible para no enterarme de sus vidas privadas,
y mucho menos íntimas, con lo que
mantengo un cierto equilibrio, gracias a que mis fantasías no sé ven tan
amenazadas .
Porque en realidad
al que más protejo es a mí mismo.
Porque me han
sobrado y me sobran en mi vida real situaciones de celos que abarcarían cientos
de páginas.
Con mi mamá, con
mi papá, con mi hermana, con mis hijos, con las que fueron mis esposas.
Con mis
primas, con mis tías, con mis amigas,
con mis novias, con mis amantes, con mis maestras, con mis profesoras.
Con mis amigos,
compañeros, colegas y profesores.
Con mis
terapeutas, con mis pacientes.
Con mis gatos, con mis perros.
Con todo aquello
que he sentido y siento como mío, aunque no lo sea.
Con todo aquello
que siento que he amado y amo, tal vez
de un modo un tanto enfermizo.
Por eso, queridos
y odiados celos, bienvenidos a mi
sufrimiento cotidiano.
Porque
parafraseando a Bion: no es lo mismo saber sufrir que ser un masoquista.
Con esto concluyo
por ahora.
Siendo ya de
noche, tengo en pensado ponerme a ver tele como lo hago hace algunos años, con
una actitud preventiva, atento a hacer zapping ante cualquier escena celotípica
que pueda arruinarme el día.
Porque parece que
lo único que buscan es joderme la existencia.
Miguel Angel de Boer
Febrero
2009
(Actualizado en el 2013. Y seguirá
actualizándose eternamente)
Texto brillante Miguel, lúcido, irónico, inteligente. Excelente. Un abrazo Gus.
ResponderEliminarAgradezco tus cálidas palabras,Gus. Abrazo!
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