Seguir trepando la vida
Miguel Angel de Boer
Psiquiatra. Autor del libro Poemas y canciones.
¿En qué circunstancias usted ha tenido relación con la desaparición
forzada de personas?
Indirectamente por primera vez en
el año con motivo de la desaparición de Martins y Centeno a fines del 71 y
luego el matrimonio Verd, Pablo Mestre y Mirta Misetich por ser los primeros
desaparecidos que tenían que ver con la militancia de aquel entonces.
Posteriormente durante la dictadura militar de 1976 a raíz de su accionar, en
relación a amigos y compañeros que fueron apresados y de los no se tenía noticias.
Aunque en realidad hube de enterarme realmente de lo ocurrido, su desaparición
forzada, a partir del Juicio a las Juntas, y más precisamente por la
publicación del Diario del Juicio, donde por primera vez supe lo que realmente
había ocurrido. Tal el aislamiento en que me encontraba en la ciudad en donde
vivía (y vivo aún) debido al control ejercido por las fuerzas de seguridad
sobre mi persona durante todo ese período.
¿Cuál ha sido su situación en la dictadura de 1976: preso político,
detenido desaparecido, exiliado?
A partir de los primeros meses
del golpe fui detectado (al no haber podido concretar mi intención de ir al
exterior luego de obtener mi título de médico) en razón de que se promovió mi
nombramiento en el hospital estatal al que asistía circunstancialmente, lo que
motivó mi expulsión y la aplicación de la llamada Ley de Seguridad. A partir de entonces padecí un verdadero
insilio, en el sentido de estar exiliado en mi propio país, debiendo soportar
persecuciones, interrogatorios, amenazas, con un severo control en mis
actividades y relaciones personales. Todo lo cual fue atenuándose con el correr
de los años. He narrado esta experiencia en el texto “Breve relato de mis
vicisitudes como terapeuta durante la dictadura militar”, que presenté en el
1er Congreso de Salud Mental y DDHH organizado por Madres de Plaza de Mayo.
¿Cómo define usted a la víctima, en su caso, y a partir de qué momento
fue una víctima del Terrorismo de Estado en Argentina?
Considero como tal a todo aquel
sobre quien se ha ejercido un efecto destructivo (físico, moral, mental,
afectivo, económico, etc.) desde un lugar de poder, fuere cual fuere, dada la
posibilidad, valga el término, de hacerlo. En tal sentido lo fui desde el
momento en que se produjo el golpe, tanto directa como indirectamente. Aunque
ya había padecido la cárcel y la tortura con anterioridad, pues estos métodos
se aplicaron con mucha anterioridad al golpe del 76 y fueron, en gran medida,
un preludio del mismo.
¿Cuándo deja usted de ser o de sentirse una víctima?
Nunca. Lo que no es lo mismo que
superar la victimización, es decir, la identidad en que la uno es sumido en una
situación traumática padecida, o sea su superación. Precisamente uno de los
objetivos del Terrorismo de Estado fue no solo la aniquilación de los que
consideraba sus oponentes, sino la de victimizar a los sobrevivientes y a la
sociedad toda, como modo de impedir a largo plazo su cuestionamiento y más aún
su derrocamiento y por sobre todo, la prosecución de un modelo de sometimiento
mas allá de su propia existencia o ejercicio del poder por sus propios medios.
¿Ha participado en los Juicios a las Juntas o en los Juicios que se
reabrieron después de la anulación de los indultos?
Si bien me fue planteada tal
posibilidad en caso de ser necesario no he participado en ningún juicio hasta
el momento.
¿Qué momentos pos dictadura destaca como más relevantes con relación a
la justicia: el Juicio a la Junta Militar y la creación de la CONADEP; la
anulación de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida, la anulación de los
Indultos? ¿Por qué motivo ha elegido esa opción?
Todas fueron relevantes, tanto
positiva como negativamente, aunque personalmente – y en mi práctica
profesional también lo vivencié con pacientes afectados que atendía en ese
momento– los Indultos fueron tremendamente impactantes por sus efectos
traumáticos, así como su anulación tuvo efectos sumamente reparadores.
Una víctima ¿deja de ser víctima en algún momento o su destino será
siempre marcado por ese momento de total indefensión?
Retomando lo que respondí en la
pregunta 4, creo que nunca, pero sí la posibilidad de no quedar victimizado,
dependiendo esto de la intensidad de lo vivido y de los recursos para tolerarlo
y para su elaboración posterior, donde la Memoria, la Justicia y el castigo a
los victimarios, esto es, la no impunidad por los actos cometidos, son factores
de suma importancia para ello.
¿Cuál es la responsabilidad de la sociedad civil frente al reclamo de
justicia por parte de los damnificados, los familiares y la restitución de
hijos?
Varía según los distintos
momentos o etapas y también los distintos sectores. Ha sido en parte víctima y
en parte cómplice. Décadas de sometimiento y autoritarismo (ideológico,
político, económico, religioso, cultural) posibilitaron las tremendas
experiencias vividas. Pero sin lugar a dudas cuanto más profunda y amplia la
toma de conciencia del conjunto, mayor posibilidad de que el reclamo logre
concretarse satisfactoriamente.
¿Qué palabras destacaría usted con relación a su experiencia o a la de
sus familiares en la historia reciente del país signada por la Dictadura en
manos de genocidas?
Con este poema de mi autoría:
RIMEMBERES
TIEMPO
Si te preguntan
cuanto te tuvieron
cuanto te torturaron
cuanto hace que te pasó
Es porque ignoran
que allí donde se vive la muerte
los
días
las
horas
los
minutos
los segundos
son fugaces y eternos
ACLARACIÓN
Lo que ustedes tienen que
entender
es que:
como se portan mal
les
tenemos que hacer chas chas en la cola
Y…ahora hablá pibe…o te reviento…hijo de puta…!!!
I
Uno de ellos
agotado
dejó de pegarme
y se puso a lavar la vajilla
(la puta que los parió, aquí nunca limpia nadie)
Luego
acomodó las cosas
se secó las manos mirándome
con la mirada mirona
y continuó apaleándome
me / ti / cu / lo / sa / men / te
II
Me voy a dar una ducha dijo
mientras se secaba la
frente
(tras haberlos
torturado salvajemente)
porque si hay algo que no
soporto es este olor a judío de mierda que se
me impregnó en la piel
Regresó al rato
más fresco
y de muy buen humor
dios
En el preciso instante
de infligir
el máximo dolor
un orgasmo
RESISTENCIA
Estaban convencidos de que resistía
porque me consideraban
ideológica/política/moral/física
y mentalmente
fuerte
En tanto yo evocaba
con mi cuerpo
desolado
el ruido del mar
acariciando la arena y el pedregullo de mis playas
y una frescura luminosa penetró en mi pecho
encegueciendo de vida a la muerte
CUESTIÓN
El asunto es como lograr
seguir siendo
en medio del atroz desamparo del espanto
MONTAND
Cuando me los cruzo en la calle
me acuerdo de Ives Montand en La Confesión
Y siento pena
por él
por Montand
PARA COLMO
Uno cree que después de eso
al menos ya no habrán mas
dolores
tan dolorosos
en la vida
LA REVANCHA
No olvidarla
No olvidarlos
No olvidarnos
Seguir trepando la vida
Cabalgarla
Revolcarnos en ella
Hasta dejarla exhausta
De tanto vivirla
(**) Presentado en el Centro Cultural de
la Memoria Haroldo Conti (ex ESMA), Buenos Aires, el 27/08/15
Miguel....lei atentamente tu relato de la publicación....pienso...como no seguir trepando la vida....si logramos quedar vivos! Se me aparecen siluetas de verde irrumpiendo en mi cotidiano.Se me aparecen las siluetas sigilosas... de amigos de mi padre,conocidos,compañeros? Se me aparece la silueta de una joven de cabellos largos y revueltos ...como su corazón y su rutina en un espejo que dice Viviana..... los cascos,el Unimog con la leyenda PM ,en la puerta de su casa vigilando su adolescencia... Tambien la silueta distinguida de "ella" la más respetada de las historiadoras de la época,...pura hipocresìa entre tizas y libros.....Se me aparecen,,,,y al instante desaparecen ...cada vez más lejos pero inevitablemente cerca de la oscuridad.....
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