Miguel, tengo entendido que Ud. ha trabajado, en su calidad de medico siquiatra,
con torturados por la represión política en su pais, Argentina.
1.
Cual es el impacto que esta experiencia tiene en la vida individual de
las
personas que lo han vivido y sus familiares/amigos cercanos?
2.
Como relaciona su trabajo de 'sanador de almas y cuerpos' con la lucha
contra
la impunidad?
3.
Cuales son los efectos/impacto de la falta de justicia en el proyecto
social
de las personas?
4.
Como ha vivido Ud., como persona, la impunidad?
5.
Como podemos avanzar? Para donde?
1. No solo como profesional sino por
haber padecido personalmente tal siniestra experiencia, puedo dar testimonio de
que la tortura es sin duda uno de los acontecimientos traumáticos mas severos
que puede padecer un ser humano. Sus efectos inmediatos y a largo alcance son
muy vastos tanto a nivel intrapsíquico, interpersonal (vincular)como social
(institucional y comunitario), puesto que tal es el objetivo desvastador que se
propone quien la ejerce: la destrucción física y mental de sus víctimas y la
irrupción de su impacto en el tejido social a partir de su atravesamiento por
el terror, esto es: la traumatización de la sociedad en su conjunto.
En
quienes la padecen directamente, las consecuencias conllevan una variada
sintomatología que devienen de la experiencia (inédita por lo catastrófica, por
cuanto el horror se torna real)de dolor,que no se restringe a lo corporal,a
manos de un semejante - si cabe tal término - como asimismo del demoledor
ataque a su integridad, su identidad y su subjetividad, donde las vivencias de
despersonalización, desrealización, desubjetivación, desorganizantes y
desestructurantes del psiquismo pueden manifestarse en las mas diversas
patologías (estrés postraumático, depresiones,psicosis, trastornos somáticos,
adicciones, fobias, auto y heteroagesividad, etc.) dependiendo su intensidad y
gravedad de múltiples factores que pueden o no favorecer el apuntalamiento y
sostén de las víctima. Sintomatología que también puede expresarse en el
entorno inmediato como la familia y mas aún transgeneracionalmente, de no mediar
no solo un tratamiento adecuado sino, lo que es mas importante, la reparación
social(simbólica) que deviene de la sanción del delito basado en el ejercicio
pleno de la verdad y la justicia y su inscripción ejemplificadora y
normativizadora en la memoria colectiva.
2. La posibilidad de brindar ayuda a
mis pacientes a lo largo de ya mas de veinticinco años, parte de los cuales
ejercí en situaciones muy dificultosas bajo el asedio de la dictadura con el
riesgo cotidiano de perder la libertad y/o la vida, me han permitido compartir
mancomunada y solidariamente penosos sufrimientos, terribles secuelas,
arbitrariedades estigmatizantes, amputaciones y pérdidas, todo lo cual fecundó
espíritus y mentes, desarrollando mi trabajo en el convencimiento que si bien toda
sintomatología es también una forma de resistencia, la salud mental promueve
seres humanos cuya plasticidad creativa mas plena no es concebida sino en el
ejercicio de la libertad, el respeto a las diferencias,la justicia,la equidad y
la defensa de los derechos inalienables a la condición humana.
3. La impunidad y el olvido son
factores retraumatizantes para las víctimas directas e indirectas, a la vez que
actúan induciendo la aparición de crímenes similares al quedar legitimados
(por no castigados) los delitos. Toda transgresión exculpada se naturaliza, por
lo que la ausencia de un ejercicio pleno de la justicia sume al conjunto de la
sociedad en un estado de anomia, desamparo, vulnerabilidad, inseguridad y
orfandad que atenta contra la cohesión de los lazos sociales, los sentimientos
de pertenencia, reeditando - inconscientemente - el terror, sumiendo al sujeto
en la impotencia,la desesperanza, el escepticismo, por cuanto sin justicia se
produce una pérdida de referencias (valores, modelos, ideales)y de garantías
con la amenaza a la existencia (y su significación) que tal situación
determina. Efecto desocializador y deshistorizador que posilita el ejercicio
abusivo del/los poderes dominantes.
4. En consonancia con lo antes
mencionado, debo transmitir que he vivido y vivo la impunidad imperante en mi
país con gran indignación, tristeza, bronca, rechazo, humillación por un lado,
y con el mas firme propósito de resistencia y lucha en pos de su quiebre por el
otro. Correlativamente fueron momentos de intensa angustia y zozobra tanto la
promulgación de las aberrantes leyes de Obediencia Debida y Punto Final bajo el
gobierno de Raúl Alfonsín, como los decretos de Indultos a los genocidas
expedidos por Carlos Menem, donde la mayoría de los responsables de torturas,
desaparición de personas, expropiación de menores y otros delitos de lesa
humanidad fueron liberados. Asimismo los aún no esclarecidos atentados a la Embajada de Israel y la AMIA y los numerosos
episodios de corrupción económica y política que se produjeron y se siguen
produciendo, evidencian la fragilidad de la justicia o lo que es lo mismo de
todo lo que queda por realizar en la construcción de una democracia auténtica.
Impunidad funcional al neoliberalismo económico imperante que ha sumido a la
mitad de nuestra población por debajo de la línea de pobreza, con todo lo que
ello trae aparejado: desocupación,retroceso de los derechos laborales,
violencia social, deterioro en la salud y la educación, represión, por mencionar
solo algunas de sus consecuencias.
5. No obstante se han ido logrado
importantes avances pese a todo lo que queda aún por hacer. En ese sentido la
lucha de los organismos de DDHH, donde se destaca la emprendida por Madres y
Abuelas de Plaza de Mayo; la distintas formas de movilización, resistencia y
por el esclarecimiento,la justicia y el castigo a los culpables; la ubicación y
recuperación de numerosos hijos de desaparecidos apropiados forzadamente por
sus verdugos; la derogación de las leyes mencionadas (de Obediencia Debida y
Punto Final); el reencarcelamiento de genocidas que estaban en libertad por
delitos imprescriptibles; la sanción moral a los torturadores (y también a los
políticos y funcionarios corruptos)que no pueden circular "libremente"
por el riesgo de ser
"escrachados";el
impedimento de muchos de los mismos para salir fuera del país por la
posibilidad de que puedan ser juzgados extraterritorialmente; la recuperación
de la memoria de los desaparecidos y su lucha; el conocimiento y difusión de
los verdaderos motivos e intereses que condujeron a la implementación del
Terrorismo de Estado; en fin, la conciencia que se va gestando socialmente en
pos del "Nunca Mas", son algunos de los jalones que revitalizan las
esperanzas por un mundo y una sociedad distinta. Luego del exterminio mas
aberrante que haya ocurrido en la historia argentina y en una de las etapas mas
difíciles, complejas e injustas para la mayoría de nuestro pueblo, en beneficio
de una minoría, lo logros mencionados son los pilares que indican el sendero a
recorrer para enfrentar tanta injusticia, tanto dolor, no solo para resistir
sino para transformar y ser artífices activos de una nueva cultura.
Dr.Miguel
Angel de Boer
Especialista
en Psiquiatría - Psicoterapeuta
Presidente
Honorario del Capítulo: Salud Mental, DDHH y Tortura de la Asociación de
Psiquiatras Argentinos (APSA)
Residente
en Comodoro Rivadavia, Chubut, Argentina
Comparto todo lo expresado por el Dr. Miguel Ángel de Boer. La ética médica universal, no solamente está en contra de la tortura, mas, prohibe a los médicos certificar la muerte de los torturados. Ya es hora que se erradique la tortuta en todo el mundo y no se deje de condenar severamente a los torturadores e instigadores y responsables en instituciones
ResponderEliminarYa sabes lo que pienso al respecto querido Miguel . Solo quiero , en esta oportunidad , mencionar mi admiración por tu coraje , vehemencia y convencimiento , en llevar a cabo , via profesional , todas tus ideas.
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