Me dejaron tu pulóver verde
cuando te fuiste
Llevándose el verano aquel
el del cielo tibio que con sus noches
nos guarecía del mundo entero en nuestro lecho
Cuánta dicha encontraba entonces mi anhelo
En tu sonrisa
En las palmas de tus manos
En tus suaves cabellos recorriendo con ternura
todo mi cuerpo
Me dejaron tu pulóver verde
cuando te fuiste
Dejándome tu aroma
que mil veces olí desfalleciente
evocando tu mirada
añorando tu desnudez
la tersura de tus labios
y esas palabras que no podrá borrar el tiempo
Porque no pudo el odio
ni la avasallante muerte
desterrar mi amor
ni mi carne dolida cedió al intento
de que me robaran tu recuerdo
Me dejaron tu pulóver verde
cuando te fuiste
Pero no pudieron llevarte
porque estarás conmigo
para siempre
Miguel Angel de Boer
(*) A María Haydée Rabuñal, estudiante de Medicina, cordobesa, querida esposa y compañera.
El 3 de Agosto se cumple un nuevo aniversario de su muerte. Hace muy poco me enteré que cuando la mataron llevaba puesto un pulóver verde, cosa que ignoraba cuando escribí, hace ya algunos años, este poema.
03/08/10
Muy bueno el poema... pero que tristeza me da por ella... no se como expresar mi pesar por tanta muerte!
ResponderEliminarUn gran abrazo
Gracias Eliane querida
ResponderEliminarAbrazo
Los quiero mucho a vos y a ella.
EliminarMiguel, muy buena tu poesía, un claro ejemplo de la capacidad del poema por recupera, sostener y transmitir memoria. Ante el dolor, aparece la palabra. Un saludos Fabián Mossello, taller de literatura, UNVM.Cba.
ResponderEliminarMuy bello, muy fuerte. El sentimiento de la auséncia, muy presente en los versos y las entrelíneas se identifica en los recuerdos que nunca nos dejan. Hay una sábia pasión en tu poema cómo en el imagen del pulóver verde que se hizo real en el acto vivido pero no presenciado.
ResponderEliminarSaludos al hombre que ama cómo poeta.
Borges tiene un poema cuyo título no me acuerdo , y dice que las cosas duran más que nosotros. Tu poema lo niega, porque el amor puede todo, aún a la muerte.
ResponderEliminarEl poema conmueve hasta los huesos. Felcitaciones.
MARITA RAGOZZA
Miguel, en mi blog hay un premio para vos...debes retirarlo! Un abrazo
ResponderEliminarMiguel siempre he pensado que en esos objetos que uno conserva en la memoria, la gente se muere un poco, según se depauperan los objetos y la memoria va lavando los pesares, pero no esperaba al final esa vivencia que a todos nos conmovió, raras coincidencias, seguramente alguien la recordará conservando un atisbo material de su existencia, hoy nos unimos en su evocación. Te sigo
ResponderEliminarGracias a todos por sus calidas y conmovedoras palabras
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Entrañable
ResponderEliminarGracias!!
ResponderEliminarAbrazo