El título viene a colación de la “película que
se filmó en Comodoro” y que tuvimos oportunidad
de ver hace algunos días, la cual significó, sin duda, un momento de
nostalgia para quienes participamos de la misma.
Y digo “participamos”,
porque fue la comunidad la principal protagonista de su realización. El anhelo
de que todo saliera bien impulsó a que todos brindaran cuanto estaba a su
alcance para lograr el objetivo imaginado.
Al verla, luego de
tantos años, se agitan los recuerdos y todos podemos“leer” el argumento que
más nos conmueve: el inexorable paso del tiempo plasmado en imágenes.
Pero más allá de las
vivencias personales, voy a intentar una lectura simbólica que creo oportuna.
La “película”
Es sorprendente el modo
en que están planteados los conflictos tanto individuales como sociales en torno
al nudo principal: el descubrimiento del petróleo(sin querer abocarnos a
determinar la veracidad real o no del argumento).
Descuella, en primer
lugar, el “malo” Petersen con una brutalidad primitiva,rayana en lo grotesco.
Brutalidad que es acompañada por la impunidad que deviene por una absoluta
falta de integración del poblado (sin conciencia de comunidad), donde por
cobardía o por conveniencias individuales, opta por la
pasividad o la sumisión.
El otro personaje, una especie de cowboy intelectual aventurero,es el que resalta como
testigo lúcido de los acontecimientos, optando por dar explicaciones de
lo que ocurre, pero que tampoco actúa como protagonista activo.
Los otros personajes -la
prostituta, la pequeña aborigen, el dueño del hotel, los obreros, Fuchs,
Beghin- se ven atravesados por una violencia casi caricaturesca;por un apasionamiento
que linda en la destructividad, en que la consigna pareciera ser sobrevivir
como sea, sin el más mínimo indicio de solidaridad y cohesión. Cuando se
produce un movimiento de conjunto, es a través de la manipulación y la
irracionalidad.
El final se torna casi
profético a la luz de como se desarrolló la “verdadera” historia desde aquel
entonces.
A punto de descubrirse
el petróleo, Petersen “moviliza” a la población para atacar a quienes
considera sus enemigos: los que pueden atentar contra su principal sostén de
poder; es decir, el monopolio del agua. En ese instante, cuando todo parece
irremediable, aparece el aventurero junto a varios aborígenes
a quienes “agita” contra
Petersen como asesino y genocida, quien trata de huir sin éxito.
Muerto el malo y cuando
todo parece concluir, (el cowboy se marcha a retiro) surge el extraño oro
negro, para alegría de sus descubridores y la indiferencia del “bueno-esclarecido”
que, de espaldas al nuevo ciclo que parece anunciarse, vuelve al campo con la
prostituta-madre arrepentida que está dispuesta a “caminar” a su lado.
Concluyo con una
reflexión: Petersen, ¿habrá muerto en realidad?
La población, ¿logró
convertirse en comunidad?. El petróleo que surgió ¿a
quién ha beneficiado?.
Sólo cabe una acotación:
¿y el agua?.
Miguel Angel de Boer
Comodoro Rivadavia, Chubut
(*) Publicado en el libro "Desarraigo y Depresión en Comodoro Rivadavia ( y otros textos)" , del cual hay 3 ediciones. El texto fue escrito en la década del 80.