( sobremuriente)
El rostro se alzó,
la claridad lo iluminó.
Murmullos de amor
atravesaron su corazón.
No pudo entender,
el diáfano brillo que su alma
recorrió.
Y así caminó,
queriendo ceder
las gemas más puras del ser.
Su mente pensó.
El cuerpo mismo recordó:
historias de sal,
ponzoñas de crueldad.
Su sangre sangró,
por vilezas sedientas de mal.
Y se estremeció.
Sintió que se ahogó,
con náuseas producto de odiar.
Su hueso crujió.
La demencia lo atrapó.
Bestias innombrables
danzaron a su alrededor.
Un feto asustado,
abría su mano con desesperación.
Y quiso morir,
no desfallecer.
(Acopio de memoria de la
humanidad)
El tiempo pasó.
La orilla se arqueó.
Un pecho piadoso
por dentro advirtió.
La leche inefable,
al mar de la paz lo invitó.
Entonces...murió..
dejando de sí
lo más puro de él
¡Ay! un ojo lloró,
lágrimas sin consolación.
La tierra se abrió,
urgida de tanto dolor,
buscando el cabello
caricias de rocío le brindó.
La vida siguió.
Luto mutilado,
humeando recuerdos se resistió.
La carne clamó.
El alba despuntó.
La tumba invisible
gesto su exhalación:
astillas de esperanza
en almas taciturnas sembró.
Y así revivió,
pudiendo saber,
que su canto excelso nunca
sucumbió.
El rostro se alzó,
la claridad lo iluminó.
Murmullos de amor
atravesaron su corazón.
Y pudo entender,
el diáfano brillo que su alma
recorrió.
Miguel Angel de Boer
Crecí con miedo (·)
Miedo
crecí
con
miedo
Con oníricas vivencias
de alegrías fantaseadas
fué cierto lo que no era cierto
la verdad escatimada
Miedo
crecí
con
miedo
Busqué abrazar lo tierno
el odio me contestaba
mi mente buscó refugio
en soledades doradas
Miedo
crecí
con
miedo
Cómo explicar lo que siento
no me alcanzan las palabras
viví llorando mi muerte
con burbujas de esperanza
Miedo
crecí
con
miedo
Sé que el amor existe
todo mi ser lo proclama
más solo no puedo lo juro
ni vos sin mí mi alma
Miedo
crecí
con
miedo
Ignoro el porqué de estos versos
en esta noche de madrugada
si es mi historia o es tu
historia
o inconscientes remembranzas
Miedo
crecí
con
miedo
Miedo te tengo miedo
como un niño a sus fantasmas
no obstante vivo viviendo
conjurando tus acechanzas
Miedo
crecí
con
miedo
No me doy por vencido
mi esencia aún está intacta
puedo cantar gozando
si una mano me acompaña
Miedo
te desafío
miedo
a otra batalla.
Miguel Angel de Boer
(·) Blues
(·) Música: Pablo Kusselman
EVOCACION
Remoto el amor que alguna vez
habitó
las arenas de mi vida
invisible me exhorta
a contemplar fecunda
la desnudez que añoro
Aguarda en mi lecho
mudo
de secretos futuros
las formas embriagadas de su
cuerpo
Invernando la luz
Nutriendo un nacimiento
Congregando dulzuras despojadas
de tormentos
Rememoro imperecedero
mi ermitaño grito
que no desfallece en su
aliento
a la espera del aroma
que aventará mis tristezas
y los cabellos que desperezarán
mi canto desgarrado
Se estremece mi armadura
asediada por el tiempo
Silencioso y crujiente mi anhelo
en el confín de su repliegue
clama por el cuenco añorado
de las lunas entreabiertas de
sus pechos
Abatido el odio
estéril en su intento
exiliado de mi carne sufriente
Se hospeda en mi alma la deuda
que discurre incorruptible
evocando las pupilas de aquellos
ojos bellos
Miguel Angel de Boer
MADRES
Domingo de
fiesta que no puede ser
otra vez
(¿cuántas
veces más ?)
Arruinado el
Día para siempre
(por más que
el sol se empeñe en fundir el mar de oro)
Arruinada la
vida para siempre
(aunque la
esperanza malherida siga renaciendo)
Arruinada la
muerte para siempre
(pese a que
la memoria no le dé tregua)
¡Ay! ¡Ayes!
De tantas
Madres arrasadas
por la
desdicha del crimen incomprensible
de ese ser
amado
hasta el
martirio
De tantas
Madres que saben que no pueden no poder
porque
entonces las estrellas quedarían desamparadas
las lágrimas
no sabrían adónde ir
el pan se
pondría de luto
De tantas
Madres que quedaron huérfanas
de hijos
y de justicia.
Miguel Angel
de Boer
Octubre,
1998
CATORCE
DESTELLOS (*)
(y uno mas)
Cuando las
fauces del abominable horror
hincó su
fetidez maligna
rasgando a
la patria gimiéndola
enmudecida
espantada
indiferente
los pétalos
comenzaron a olvidar su belleza
la ternura
se derrumbó entristecida
y con ella
la alegría
las palabras
los pensamientos
los sueños
Y nos fuimos
quedando solos
con feroces
pesadillas
incansables
indecibles
pavorosas
sin estrellas
ni amaneceres
embotados de
dolores indolentes
castañeando
nuestras almas
disimulándonos
desmemoriándonos
insiéndonos
La vida
parecía morir eternamente
y los besos
extenuados
se caían
junto a las miradas aquellas
a pedazos
Fue entonces
que
catorce
destellos
(y uno mas)
catorce
corazones
(y uno mas)
iniciaron
con frágiles
pequeños
tenaces
miedovalientes
pasos
en
ronda
el retumbo
prodigioso
invencible
de corajes
de
dignidades
de justicias
de verdades
y de amor
DE ESE AMOR
que nos
acunó
que nos
acuna
que nos
acunará
por siempre.
Miguel Angel
de Boer
Comodoro
Rivadavia, Abril, 2002
Chubut .
Argentina
(*) A las
Madres de Plaza de Mayo, a 25 años del comienzo.
Amiga (*)
Fui a
conquistarte
siendo un
niño asustado
y me
recibiste
sin tenerme en cuenta
Me hiciste crecer
a los golpes
y porque no
a las caricias
Te conocí de a poco
y me
conociste
a los saltos
Conocerte
fue conocerme
y me dejaste
abandonado
Te amé con
toda mi vida
Te odié con
toda mi alma
Me diste
tanto
y me
quitaste
todo
Yo fui vos
y vos fuiste
yo
Y aún
recuerdo tu luna
tus fríos
tu regazo
Me alentaste
y perseguiste
Te canté
y me cantaste
Me hiciste hombre
me empequeñeciste
Supe del
horror
y la esperanza
Y quise
olvidarme de vos
olvidándome
de mi
sin poder
Y en mis
noches de duelo
que son
también de regocijo
porque aún
no muero
(y he muerto tantas veces que ni yo lo
creo)
mi corazón
me dice que
Córdoba amiga
todavía
te quiero.
Miguel Angel
de Boer
(*) Poema
que escribí hace ya varias décadas.
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