(*) Por esas cosas de la vida, aún conservo - entre tantas otras - esta copia de las firmas de los que pidieron por la nuestra libertad en aquel entonces: la del Dr. Giribaldi por un lado y la de la Flaqui y la mía por otro. Quienes tengan paciencia e interés podrán encontrar(se) nombres ahora ya históricos. La solidaridad era una conducta habitual en aquel entonces!
Caunto dolor. ¡Qué nunca acabe la lucha por la justicia! y que ninguna amnesia colectiva nos lleve a la impunidad.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Claudio. Abrazo
ResponderEliminarGracias por tus palabras Claudio. Abrazo
ResponderEliminarQueda en la historia y en nuestras conciencias estos momentos tan desgarradores que violentaron los derechos humanos, que son abarcativos a otros derechos de toda la sociedad, para que no vuelva a repetirse es necesario la participacion de todos. Un abrazo Miguel Angel
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