lunes, 8 de diciembre de 2014

Expediente 34065 Juzgado Federal 1° Instancia – Córdoba


Tal el número de Expediente de la causa penal que se instruyó (el Juez Adolfo Zamboni Ledesma)  contra la Flaqui , Mary, mi compañera y esposa  es decir María Haydée Rabuñal de de Boer,  y a mí , cuando fuimos apresados en los 70´. El mismo me fue enviado por Gloria de Rienzo de la Secretaría de DDHH de Córdoba la semana pasada, y recién este fin de semana pude leerlo en su totalidad, dada la cantidad de fojas que lo componen.

En tanto recorría las mismas, numerosos recuerdos y emociones se agolparon en mi mente y mi corazón, tanto de dolor como de alegría. Dolor por todo lo sufrido por la Flaqui y la compañera que fue apresada junto a su esposo con nosotros.  Con Mary, entonces, nos habíamos contado algo de lo que nos pasó a cada uno. En esos días, tan vertiginosos e intensos, donde durante nuestra encarcelamiento solo importaba salir en libertad, y luego, ya libres, seguir con la militancia, todo se constituía en una vorágine que no nos daba tiempo a nada. Pero seguramente el deseo de generar un dolor evitable, hizo que no nos dijéramos todo, o si fueron dichas no se hubieran registrado con claridad, como me doy cuenta que me pasó al leer ahora el Expediente.

Pero no solo los testimonios y los hechos que se van sucediendo, con sus idas y venidas, que, como le dije a Gloria en un mail donde le agradecí su envío: ¨leí no sin gran curiosidad, incertidumbre, esfuerzo y  emoción….Me encontré con cosas que no recordaba, con otras que no sabía, las cuales hicieron que en mi oscilara la conmoción, la risa, el dolor, la pena, la nostalgia y el sabor de aquellos días, irrepetibles por su intensidad y plenitud, sin duda incomparables¨, sino ver nuestras fotos de entonces, me impactaron profundamente por la verosimilitud  que de lo ocurrido da cuenta  el observar nuestros rostros. 

No porque antes no haya tenido antes evidencias concretas de lo vivido, las cuales compartí en otro relatos, sino porque en estas fotos,  que nunca había visto hasta ahora, percibo,  en un instante,  la conjugación no solo de lo que las mismas expresan en el momento que fueron tomadas  - en el Cabildo, luego de haber “pasado” por el  Departamento de Informaciones del pasaje Santa Catalina –   esto es el agobio de lo que habíamos sobrellevado sino también la traumática incertidumbre de lo que podría acontecernos de ahí en más. Aunque lejos estábamos de suponer lo que vendría.

 Tal vez porque yo sé lo que viví, me detengo con preferencia en la foto de ella y abruma un profundo dolor al contemplarla.
Con su mirada perpleja, que transmite el horror vivido, la humillación padecida, junto al miedo, a la bronca y la entereza frente a lo que pudiera  aún ocurrir.  Con ese “desembellecimiento” al que no nos exponían al sacarnos la foto  en esas condiciones : maltrechos,  sucios,  hambrientos, agotados, desamparados.  
Pero también siento que nuestras imágenes se  embellecen a la distancia, increíble que hayan pasado tanto años Flaquita,  y yo recién viendo ahora nuestras fotos en el expediente, leyendo tu testimonio, lo que pasó, lo que te pasó, lo que nos pasó, y vos tan valiente, porque se te ve asustada, triste, pero tan altiva a la vez, porque resistimos, porque no te doblegaron, porque me protegiste, a mí y a los compañeros, y yo ya con 64(si como la canción de los Beatles, te acordás), como no te voy a ver bella, como no voy a emocionarme y sentirte presente, estremeciéndome como me estremecía cuando te tenía entre mis brazos, cuando cantábamos juntos, cuando bailábamos, cuando para nosotros la vida y la revolución eran todo uno, más sabiendo ahora todo lo que pasó, incluida su muerte.

Con tiempo veré de publicar algunos pasajes de este, para mí, documento histórico y personal.  Pero no quería dejar pasar este momento para compartirles algo tan conmovedor, como lo he hecho en otras oportunidades, pronto a cumplirse (el día 10) un nuevo aniversario del Día de los Derechos Humanos.









Miguel Angel de Boer
Comodoro Rivadavia , Diciembre 8, 2014.