Remoto el amor que alguna vez habitó
las arenas de mi vida
invisible me exhorta
a contemplar fecunda
la desnudez que añoro
Aguarda en mi lecho
mudo
de secretos futuros
las formas embriagadas de su cuerpo
Invernando la luz
Nutriendo un nacimiento
Congregando dulzuras despojadas de tormentos
Rememoro imperecedero
mi ermitaño grito
que no desfallece en su aliento
a la espera del aroma
que aventará mis tristezas
y los cabellos que desperezarán
mi canto desgarrado
Se estremece mi armadura
asediada por el tiempo
Silencioso y crujiente mi anhelo
en el confín de su repliegue
clama por el cuenco añorado
de las lunas entreabiertas de sus pechos
Abatido el odio
estéril en su intento
exiliado de mi carne sufriente
Se hospeda en mi alma la deuda
que discurre incorruptible
evocando las pupilas de aquellos ojos bellos
Miguel Angel de Boer
(*) Publicado en “Poemas y canciones” Ediciones Ultimo Reino – 2003 - Buenos Aires, Argentina
Por fin pude abrir tu blog
ResponderEliminarEs una delicia como escribes
un abrazo desde Miami
Gracias!
EliminarAbrazo
Hola Miguel Ángel. Agrega este bloc, en el otro no me deja operar. Un abrazo muy grande.
ResponderEliminarhttp://clementeginerana.blogspot.com.es/
Ahi lo hago Ana!
Eliminar:)
Gracias!!!!! Bello tu. Poema. Me encanto tu blog.... Felicitaciones y. Suerte.... Felicitaciones.... Muchos cariños Perla
ResponderEliminarGracias y cariños Perla!
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