lunes, 10 de diciembre de 2012

Entrevista de Roberta Bacic al Dr. Miguel Angel de Boer (*)



  Miguel, tengo entendido que Ud. ha trabajado, en su calidad de medico siquiatra, con torturados por la represión política en su pais, Argentina.

1. Cual es el impacto que esta experiencia tiene en la vida individual de
las personas que lo han vivido y sus familiares/amigos cercanos?

2. Como relaciona su trabajo de 'sanador de almas y cuerpos' con la lucha
contra la impunidad?

3. Cuales son los efectos/impacto de la falta de justicia en el proyecto
social de las personas?

4.  Como ha vivido Ud., como persona, la impunidad?

5. Como podemos avanzar? Para donde?


1. No solo como profesional sino por haber padecido personalmente tal siniestra experiencia, puedo dar testimonio de que la tortura es sin duda uno de los acontecimientos traumáticos mas severos que puede padecer un ser humano. Sus efectos inmediatos y a largo alcance son muy vastos tanto a nivel intrapsíquico, interpersonal (vincular)como social (institucional y comunitario), puesto que tal es el objetivo desvastador que se propone quien la ejerce: la destrucción física y mental de sus víctimas y la irrupción de su impacto en el tejido social a partir de su atravesamiento por el terror, esto es: la traumatización de la sociedad en su conjunto.
En quienes la padecen directamente, las consecuencias conllevan una variada sintomatología que devienen de la experiencia (inédita por lo catastrófica, por cuanto el horror se torna real)de dolor,que no se restringe a lo corporal,a manos de un semejante - si cabe tal término - como asimismo del demoledor ataque a su integridad, su identidad y su subjetividad, donde las vivencias de despersonalización, desrealización, desubjetivación, desorganizantes y desestructurantes del psiquismo pueden manifestarse en las mas diversas patologías (estrés postraumático, depresiones,psicosis, trastornos somáticos, adicciones, fobias, auto y heteroagesividad, etc.) dependiendo su intensidad y gravedad de múltiples factores que pueden o no favorecer el apuntalamiento y sostén de las víctima. Sintomatología que también puede expresarse en el entorno inmediato como la familia y mas aún transgeneracionalmente, de no mediar no solo un tratamiento adecuado sino, lo que es mas importante, la reparación social(simbólica) que deviene de la sanción del delito basado en el ejercicio pleno de la verdad y la justicia y su inscripción ejemplificadora y normativizadora en la memoria colectiva.

2. La posibilidad de brindar ayuda a mis pacientes a lo largo de ya mas de veinticinco años, parte de los cuales ejercí en situaciones muy dificultosas bajo el asedio de la dictadura con el riesgo cotidiano de perder la libertad y/o la vida, me han permitido compartir mancomunada y solidariamente penosos sufrimientos, terribles secuelas, arbitrariedades estigmatizantes, amputaciones y pérdidas, todo lo cual fecundó espíritus y mentes, desarrollando mi trabajo en el convencimiento que si bien toda sintomatología es también una forma de resistencia, la salud mental promueve seres humanos cuya plasticidad creativa mas plena no es concebida sino en el ejercicio de la libertad, el respeto a las diferencias,la justicia,la equidad y la defensa de los derechos inalienables a la condición humana.

3. La impunidad y el olvido son factores retraumatizantes para las víctimas directas e indirectas, a la vez que actúan induciendo la aparición de crímenes similares al quedar  legitimados (por no castigados) los delitos. Toda transgresión exculpada se naturaliza, por lo que la ausencia de un ejercicio pleno de la justicia sume al conjunto de la sociedad en un estado de anomia, desamparo, vulnerabilidad, inseguridad y orfandad que atenta contra la cohesión de los lazos sociales, los sentimientos de pertenencia, reeditando - inconscientemente - el terror, sumiendo al sujeto en la impotencia,la desesperanza, el escepticismo, por cuanto sin justicia se produce una pérdida de referencias (valores, modelos, ideales)y de garantías con la amenaza a la existencia (y su significación) que tal situación determina. Efecto desocializador y deshistorizador que posilita el ejercicio abusivo del/los poderes dominantes.

4. En consonancia con lo antes mencionado, debo transmitir que he vivido y vivo la impunidad imperante en mi país con gran indignación, tristeza, bronca, rechazo, humillación por un lado, y con el mas firme propósito de resistencia y lucha en pos de su quiebre por el otro. Correlativamente fueron momentos de intensa angustia y zozobra tanto la promulgación de las aberrantes leyes de Obediencia Debida y Punto Final bajo el gobierno de Raúl Alfonsín, como los decretos de Indultos a los genocidas expedidos por Carlos Menem, donde la mayoría de los responsables de torturas, desaparición de personas, expropiación de menores y otros delitos de lesa humanidad fueron liberados. Asimismo los aún no esclarecidos atentados a la Embajada de Israel y la AMIA y los numerosos episodios de corrupción económica y política que se produjeron y se siguen produciendo, evidencian la fragilidad de la justicia o lo que es lo mismo de todo lo que queda por realizar en la construcción de una democracia auténtica. Impunidad funcional al neoliberalismo económico imperante que ha sumido a la mitad de nuestra población por debajo de la línea de pobreza, con todo lo que ello trae aparejado: desocupación,retroceso de los derechos laborales, violencia social, deterioro en la salud y la educación, represión, por mencionar solo algunas de sus consecuencias.

5. No obstante se han ido logrado importantes avances pese a todo lo que queda aún por hacer. En ese sentido la lucha de los organismos de DDHH, donde se destaca la emprendida por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo; la distintas formas de movilización, resistencia y por el esclarecimiento,la justicia y el castigo a los culpables; la ubicación y recuperación de numerosos hijos de desaparecidos apropiados forzadamente por sus verdugos; la derogación de las leyes mencionadas (de Obediencia Debida y Punto Final); el reencarcelamiento de genocidas que estaban en libertad por delitos imprescriptibles; la sanción moral a los torturadores (y también a los políticos y funcionarios corruptos)que no pueden circular "libremente" por el riesgo de ser
"escrachados";el impedimento de muchos de los mismos para salir fuera del país por la posibilidad de que puedan ser juzgados extraterritorialmente; la recuperación de la memoria de los desaparecidos y su lucha; el conocimiento y difusión de los verdaderos motivos e intereses que condujeron a la implementación del Terrorismo de Estado; en fin, la conciencia que se va gestando socialmente en pos del "Nunca Mas", son algunos de los jalones que revitalizan las esperanzas por un mundo y una sociedad distinta. Luego del exterminio mas aberrante que haya ocurrido en la historia argentina y en una de las etapas mas difíciles, complejas e injustas para la mayoría de nuestro pueblo, en beneficio de una minoría, lo logros mencionados son los pilares que indican el sendero a recorrer para enfrentar tanta injusticia, tanto dolor, no solo para resistir sino para transformar y ser artífices activos de una nueva cultura.


Dr.Miguel Angel de Boer

Especialista en Psiquiatría - Psicoterapeuta
Presidente Honorario del Capítulo: Salud Mental, DDHH y Tortura de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA)

Residente en Comodoro Rivadavia, Chubut, Argentina


(*) Entrevista que me realizó Roberta Bacic, miembro de la WRI(Internacional de Resistentes a la Guerra -IRG, y que salió publicada en su revista internacional Peace News, con motivo de la Conferencia Trienal Internacional realizado en Dublin del 3 al 10 de Agosto de 2002.