jueves, 24 de marzo de 2011

Inolvidable







Con motivo de la conmemoración del Día de la Memoria fui invitado por profesores y alumnos de un colegio secundario a dar testimonio de mi experiencia en relación al nefasto golpe de 1976.
Ya había sido invitado con anterioridad en otras oportunidades, por motivos similares.
Como siempre, entrar al colegio, escuchar el bullicio, ver a los adolescentes con sus gestos, sus miradas, me retrotrajeron a mis años del secundario con una nostálgica alegría.
Como siempre, el cálido recibimiento de las profesoras que estaban a cargo, me generaron una tierna gratitud ante su generosidad.
Luego el acto.
Un grupo de alumnos de cuarto año representó la irrupción de una patota en un lugar de la ciudad de La Plata, con el posterior secuestro, tortura, asesinato y desaparición de las víctimas, ronda de las Madres pidiendo justicia incluida.
Luego una mesa de alumnos que habían visitado a la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada), relatando, no sin una inevitable turbación, sus vivencias e impresiones.
Por fin, di mi testimonio a través de un relato tanto de mi militancia, de las condiciones históricas previas y posteriores, como de lo acontecido el 24 de Marzo del 76.
Posteriormente se formaron grupos de discusión e intercambio coordinado por los propios alumnos.
Aún sigo conmovido por el largo, estruendoso y conmovedor aplauso que me brindaron los chicos y profesoras presentes.
Solo atiné a mirar en derredor para asimilar o registrar tan impresionante reconocimiento. Único. Imborrable.
A 35 años del intento mas feroz de la historia argentina por parte de las fuerzas armadas de acallar toda voz disidente con el poder económico, de aniquilar todo vestigio de oposición a los privilegios de quienes se enriquecen a costa de la mayoría, de destruir conciencias y corazones dispuestos a luchar por la justicia, utilizando los métodos más aberrantes, cobardes y crueles para lograr sus objetivos, con la aún hoy recurrente persistencia a reivindicar estos hechos, tergiversando la memoria, malversando impunemente las leyes para eludir el castigo, parece mentira haber podido presenciar y compartir un espacio como el mencionado.
El paso del tiempo, los numerosos acontecimientos vividos, la vida toda, transcurrió en un instante, y una brisa de aire fresco y tibio a la vez, penetró mi mente y mi cuerpo acrecentando aún más mi alegría por seguir en pié.
Y sentí el regocijo pleno de una revancha vital frente a la muerte, a la destructividad.
Con la felicidad de saber que esos queridos chicos, hayan tenido que padecerlo y puedan expresar, no obstante, con la frescura de su incipiente experiencia, su valoración por la libertad y su aspiración y compromiso a que nunca más se vuela a instaurar una dictadura en nuestra patria.
Me sentí, y otra vez más gracias, como vivir en un sueño que por muchos años ni siquiera pude imaginar.

Fue ayer por la tarde, miércoles 23 de Marzo, en el Colegio Provincial 732 Ignacio Kooning de Barrio Laprida, en Comodoro Rivadavia. Al sur del sur, en mi querida Patagonia.

Marzo 24, 2011

miércoles, 23 de marzo de 2011

Dolor

"Cada vez que se acerca el 24 de Marzo no puedo evitar que se me estruje el corazón, mis vísceras se retuerzan de angustia y mi corazón busque sosiego en el recuerdo de los aunque no estén siguen presentes por siempre!"

Fue lo que escribí en faisbuc hace unos días, lo cual motivó numerosas respuestas que agradezco profundamente, las que motivaron una reflexión de mi parte que a continuación transcribo:


Gracias a todos, por su solidaridad y afecto. Pero quiero compartirles que mi dolor va mas allá de lo personal. Al fin y al cabo, por traumático que haya sido lo que pasé, sigo vivo y pudiendo hacer muchas de las cosas que deseo con alegría.



A mi me sigue espantando lo que pasó en este pais ( y "en cualquier lugar del mundo donde haya injusticia", lo que ocurrió en la dictadura, la crueldad sin límites (el negrito Avellaneda), las violaciones, la complicidad de jerarquía católica, de los políticos advenedizos que ahora se la tiran de democráticos (Cafiero firmo el decreto 2772, Balbín inspiró el aniquilaiento de los obrero señalando la "guerrilla fabril"), el deterioro que económico, social y educativo que produjeron todos estos hijos de puta, en nombre de Dios y la Patria , nada mas que para obtener mayores ganancias y asegurarse de que nunca mas (este nunca mas es el que querían imponer) a nadie se le ocurriera rebelarse y luchar contra la explotación y los privilegios.

Me duele que sigan jodiendo con la teoría de los dos demonios, cuando en realidad las luchas de liberación fueron producto de años de proscripciones y cercenamiento de los derechos y libertades y no al revés.

Me duele la complicidad con la que con total hipocresía ( y por su propios intereses) muchos tienen "mala memoria" y se siguen haciendo los boludos, reclamando - desde el rol de un tercero que no se sabe donde estaba cuando ocurrían los hechos - que no "volvamos al pasado" y miremos hacia adelante, que son los mismos que hablan de "los derechos humanos para los delicuentes" cuando descreen de la justicia y añoran la época de la represión y el exterminio.

Me duele que se crea que todo ya pasó y que no persisten los efectos de la nefasta dictadura (con tantos genocidas que jamas recibirán castigo y "están entre nosotros") en la vida cotidiana, en la violencia imperante, en la mentalidad machista y discriminadora, en el autoritarismo vigente en las relaciones humanas, en el vaciamiento ideológico, si ideológico, e histórico que se manifiesta en la ignorancia de nuestros jóvenes, sin saber en su mayoría el porque de su presente.

Me duele que todavía haya hambre y enfermedades evitables.

Me duele que todavía haya familiares de desaparecidos que no han denunciado su pérdida (se de familias enteras).

Me duele, hasta lo mas profundo de mi ser, Julio López.


Lo que no quita. como mencioné, que muchas cosas me alegran. Pero de eso dan cuenta los textos que hay en mi perfil, en mi blog, en la web, en mis libros, y fundamentalmente, en mi trabajo, en mi vida, a la que trato de honrar permanentemente.

Un fuerte abrazo

lunes, 21 de marzo de 2011

A 10 de los 25

A 25 años (·)

Recuerdo que, hace exactamente 25 años (en la ciudad de Córdoba, la noche del 23 de Marzo de 1976), viviendo en la semiclandestinidad - dado que luego de haber estado en prisión habían intentado secuestrarme tras la muerte de la que era mi querida esposa y compañera - en una pequeña habitación que compartía con uno de los tantos compañeros que exponían su vida cobijándome, llegó éste con la noticia que todos esperábamos: esa noche se iba a producir el golpe.

Luego sacó, temblando, unas pequeña hojas (facilitadas por un abogado que defendía en aquel entonces a los prisioneros políticos) donde figuraba una larga lista, en letras muy pequeñas, con los nombres de quienes que iban a encarcelar (eso creíamos).

Aún tengo presente la angustia conque la recorríamos con el temor de encontrar nuestros nombres y la desesperación de ir reconociendo a muchos de ellos.

Salimos, alrededor de las 22 horas, a avisarle a todos los que pudimos para que tomaran recaudos, retornando aproximadamente a las 2 horas del día 24.

Estábamos lejos de imaginar lo que iba a acontecer. No pensábamos, pese a nuestro miedo, que iba a comenzar la etapa donde la crueldad, en su máxima expresión, caería sobre nuestro pueblo para herirlo despiadadamente.
Con el correr de los días, los meses, los años muchos de los que figuraban en esa lista fueron secuestrados, torturados, muertos o desaparecidos. Otros siguen aún vivos.

Fueron muchos los motivos por los cuales a 25 años, hoy puedo trasmitir lo que aqui relato. No si numerosos sinsabores, dolor, y circunstancias por demás penosas, que ahora no vienen al caso.

Pero sé también que sigo viviendo debido al valor y heroísmo de quienes guardaron silencio ante las peores ferocidades.

No solo a ellos (a titulo personal) sino a todos aquellos que hoy no están y que se llevaron un pedazo de lo mas bello del alma de nuestra historia:

a esos rebeldes, utópicos, idealistas, que creían que la Revolución era posible y que permanecerán siempre jóvenes en mi recuerdo;

a esos compañeros que en las fábricas, empresas y lugares de trabajo se sentían dignos y orgullosos de ser proletarios;

a esos vecinos que estaba convencidos que el barrio era de todos;

a esos religiosos que tenían la convicción de que Dios es amor y misericordia con los mas débiles;

a esos maestros, docentes, intelectuales, profesionales, que consideraban que sus conocimientos pertenecían a todos,

en fin, a esos seres bondadosos que no se sentían del todo felices, aunque amaban la vida, en tanto hubiera injusticia, explotación, miseria, enfermedad, que soñaban con un mundo nuevo, con un Hombre Nuevo, con una sociedad donde todos tuvieran oportunidades para desarrollar sus capacidades, a ellos (a las victimas todas), a quienes nunca voy a dejar de extrañar, les brindo, ya entrado el 24, mi más cálido, profundo y emocionado homenaje.

Y lo hago extensivo, con todo mi afecto, a los que siguen estando.



Dr. Miguel Angel de Boer

(·) Escrito el 24 - 03 -2001